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Consejos para evitar la crisis de los 50

Por algunos temida, para otros olvidada, pero para nadie desconocida, y es que hasta se han rodado películas en las que el personaje protagonista estaba pasando por ella: hablamos de la crisis de los 50.


Para aquellos que no estén muy familiarizados con el concepto, aquí va una breve aclaración.

A lo largo de la vida se pueden sufrir ciertas “crisis” debidas al paso del tiempo, que van siempre muy ligadas a la edad. En estas crisis, las personas que las padecen tienden a tener pensamientos negativos acerca de los cambios que se han producido en su vida y en algunos casos extremos se puede llegar a la depresión. Está la de los 30, la de los 40, la de los 50 e incluso la de la edad de jubilación. Quizás la de los 50 es la más conocida porque se sitúa más o menos en lo que se considera el ecuador de la vida y presenta unas características muy determinadas.



Es cierto que suele darse más en hombres que en mujeres, ya que según diferentes estudios 8 de cada 10 hombres pasan por ella, pero independientemente de eso, es importante saber qué hacer para evitarla y, en última instancia, saber cómo afrontarla. A fin de cuentas, no es más que la percepción del ser humano que tiene de sí mismo y de él respecto a los demás, que en la mayoría de ocasiones viene muy determinada por las creencias y pensamientos propios de una sociedad.

Parece que nos han vendido eso de que “cualquier tiempo pasado fue mejor” y hay quien se aferra al pasado y a los recuerdos para ser feliz; pues bien, nada más lejos de la realidad. Todas las etapas de la vida tienen su lado positivo y su lado menos positivo también, pero al fin y al cabo, con el paso de los años se van acumulando experiencias y vivencias que moldean a cada persona y hacen que sea de la manera que es. Cuesta imaginarse que a los 20 se quiera volver a no saber montar en bicicleta, o a los 30 querer pasar otra vez por los exámenes finales del instituto. Entonces, ¿por qué se debería querer a los 50 volver a hacer cosas propias de alguien de 25? Bien, los factores son diversos.

Es posible que una de las razones sea no haber “disfrutado” de la juventud en su momento, bien por haber tenido que trabajar a edades tempranas o por creencias personales de cada persona. Otra de las razones puede ser simplemente la insatisfacción personal, donde se suele pensar que la vida que se lleva no es la deseada. Sea cual sea el caso, la persona que se encuentra en la crisis de los 50 tiende a presentar síntomas de insatisfacción, alteraciones emocionales y pérdida de la autoestima que le lleva a tener conductas diferentes: se viste con ropa más juvenil, se apunta al gimnasio, sale más de fiesta, etc. Hay quien hasta se compra una moto de alta gama, pensando que así va a ser más feliz y su vida mejorará.

Lamentablemente, todas estas acciones e intentos de ser alguien que no se es no llevan más que al autoengaño y, en muchas ocasiones, a romper con las relaciones interpersonales que se tienen. 


Cumplir años es algo bonito, ya que significa que estamos vivos. Además, como tampoco se puede hacer nada para evitarlo, lo más inteligente es hacer algo para cambiar la actitud con la que afrontarlo.

Para aquellos que sean más jóvenes y no quieran llegar a esta crisis, decirles que disfruten de la vida (con responsabilidad), que no les quede nada pendiente por hacer y que no se dejen influenciar por el qué dirán, ni abandonen algún sueño por miedo a que no salga como se quiere. Esto se aplica tanto en el terreno amoroso, como en el profesional o el académico.  Es mejor reírse unos años después de algo que tal vez no se tendría que haber hecho, a quedarse con la duda de lo que hubiese podido pasar.

De la misma forma, para aquellos que se acerquen a los 50, decirles algo muy parecido: que disfruten de cada momento, que vean el paso del tiempo como un aprendizaje continuo y que mientras se vayan cumpliendo años, se pueden seguir haciendo mil cosas diferentes, vivir nuevas experiencias e incluso conocerse a uno mismo mejor. Durante esta edad se valoran mucho más las cosas que antes ni siquiera se contemplaban, o se daban por sentado. En esta edad es muy importante mantenerse activo, no perder las costumbres saludables y es además recomendable tener la mente activa. El deporte puede ser de gran ayuda. Los aficionados pueden practicar de forma directa haciendo yoga o saliendo a correr. Si bien el cuerpo no permite correr dos maratones por semana, todavía hay infinitas posibilidades para pasar el tiempo libre solos como siguiendo los eventos con grandes pronósticos. Seguro que quedan lugares por descubrir y nuevas recetas que probar, alguna afición que te gustaría empezar o retomar contacto con alguna vieja amistad. Leer, bailar, pintar, coleccionar sellos o postales, subir por montañas desconocidas, quedar con los amigos a cenar en tu restaurante favorito, ir a pescar, fotografiar paisajes, aprender un idioma nuevo, lanzarte a ese hobby que siempre te dio miedo, viajar por todo el mundo o convertirte en el cocinitas de la casa. En fin, una lista de posibilidades prácticamente inacabable a la que solamente tú le puedes poner los límites.

Da igual si son 30, 40 o 50, lo más importante a cualquier edad es saber que la vida está constantemente en estado de cambio, queramos o no, y que puede ser que no todo de cada etapa sea bonito, pero con toda seguridad haya algo muy bonito en cada etapa. Darse cuenta de lo bello que es crecer y avanzar es algo muy importante y quererse a uno mismo a cualquier edad es algo primordial. Así que olvídate de los números y céntrate en ser feliz.

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