La silla es uno de los elementos más importantes en una oficina, y como no, si es que se suele pasar la mayor parte del tiempo sentado allí.
Para las personas que trabajan en oficina, saben que si no se mantiene una postura adecuada, eventualmente se comenzará a sufrir de dolores de espalda, lumbalgia o tener problemas de circulación. Es por ello que te decimos cómo elegir la mejor silla para oficina, según los expertos de ofisillas.es
El asiento
Esta es la parte de la silla en la que recae buena parte de nuestro peso corporal, y por ende, debe cumplir con especificaciones para que la persona que lo use, se sienta bien a lo largo del tiempo.
Según los expertos, para facilitar la circulación sanguínea, el borde debe ser redondeado y con una ligera inclinación hacia abajo. Es aconsejable evitar los acolchados, ya que se adapta con facilidad a las malas posturas y con el tiempo serán difíciles de corregir.
En cuanto a la profundidad, la regla general es una distancia equivalente a un puño cerrado, entre la parte posterior de la rodilla y el borde del asiento.
Adaptable al usuario
Según los expertos de Ofisilla, la silla debe ser totalmente regulable. Esto quiere decir, que debe permitir que el usuario pueda regular la altura, los reposabrazos y el respaldo (esto para ayudar al apoyo lumbar correcto). La movilidad y el giro también deben regulados por el usuario.
Por su parte, la altura de la silla debe poder permitir el apoyo de los pies en el suelo, es recomendable fijarse bien que no exista una presión en la parte inferior de los muslos, cerca de las rodillas.
Segura
Las sillas de oficina deben ser giratorias. Se recomienda elegir una dotada de 5 radios para evitar volcaduras. Con seguridad de la silla se quiere decir, que el usuario no puede correr riesgos bajo ninguna postura límite que este adopte, como por ejemplo, sentarse en el borde del asiento o con su cuerpo inclinado hacia adelante o la máxima inclinación del cuerpo hacia atrás.
Reposabrazos regulares
Estos son ideales para dar apoyo y descanso a los brazos y los antebrazos. Al tener un buen apoyo, se reduce la sensación de fatiga en el área cervical.
En cuanto a la longitud, debe ser menos que la del asiento, para permitir acercar la silla a la mesa. Estos deben ser gruesos y debe cuidarse de tener bordes agudos.
La anchura del brazo debe ser también regulable y los brazos deben poder girar, así el usuario podrá colocarse en distintas posiciones y realizar cualquier actividad con comodidad.
El respaldo
Este debe permitir que el usuario adopte una posición erguida, apoyando el tronco en su totalidad, es importante que se revise que se pueda apoyar el área lumbar. Se debe cuidar que el respaldo no sea demasiado ancho para no restar movilidad a los brazos y se aconseja que tenga cierta curvatura para adaptarse a la forma de la espalda.
Los expertos recomiendan que la altura del apoyo lumbar tenga una rango de al menos 6 cm.
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