Un
estudio de la URJ afirma que el consumo de azúcar puede llegar a ser más perjudicial para la salud
que el hábito de fumar. La investigación se ha llevado a cabo durante 5 años en un total de 237 voluntarios, 146 mujeres y 91 hombres entre 16 y 56 años.
Tal vez usted cambie sus hábitos de alimentación tras leer este artículo.
Uno
de los primeros en advertir de los peligros del azúcar fue el dietista francés Michel Montignac en los años 90, pero no ha
sido hasta ahora cuando se ha podido demostrar científicamente que el azúcar perjudica gravemente la salud.
Desde la antigüedad hasta hace relativamente poco el consumo de azúcar estaba destinado a las clases altas. La generalización de su consumo ha conllevado la aparición o potenciación de diversas enfermedades, debido al aumento de los niveles de glucosa en sangre. Algunas de estas enfermedades son la diabetes, la esquizofrenia, la hipoglicemia, el
escorbuto, la hiperactividad, el eczema, el alzhéimer, la
fibromialgia e incluso el cáncer. Este último se ve favorecido en que las células cancerosas consumen más glucosa que las células normales. Según la OMS, el consumo de
azúcar, también va asociado a problemas cardiovasculares y de
obesidad.
Por si esto fuera poco un consumo en exceso de azúcar deshidrata la piel, favorece el aumento de bacterias, debilita el sistema inmunológico y acelera
el proceso de envejecimiento (más que el tabaco). El efecto producido en nuestra salud bucal es sobradamente conocido: provoca la aparición de caries.
El abuso
del consumo de azúcar puede desarrollar a la larga osteoporosis, ya que reduce el calcio en nuestro cuerpo y este se ve obligado a sustraerlo de los huesos y tejidos. Una popular empresa ha pedido a sus trabajadores que no consuman azúcar precisamente por este motivo.
Cuando
comemos alimentos con azúcar experimentamos una leve
euforia, algo parecido al tabaco, pero diversos estudios atribuyen a esto la aparición de la
hiperactividad en niños y la falta de concentración para el
aprendizaje, además de algunas alergias.
Lo curioso es que a diferencia de otros alimentos el azúcar no aporta nada positivo a nuestro organismo. Michel Montignac demostró que podemos perfectamente
prescindir de él. Por ejemplo, la fructosa (de la fruta) ya es un buen
aporte de glucosa. El azúcar
refinado y tratado, que es el más común, no tiene el más mínimo beneficio nutricional.
Consumir una cantidad significativamente menor de azúcar produce, casi instantáneamente, menos sueño, más energía, pérdida de peso y mejor estado de ánimo.
Lo ideal, en el café, es tomarlo sin azúcar, y si se tiene mucha dependencia (porque crea más dependencia que el tabaco) podemos sustituirlo por un edulcorante. No todos los edulcorantes son mejores que el azúcar, el más natural y recomendable es la stevia.
¿Qué
pasaría si se deja de tomar azúcar durante un año?
Esta
misma pregunta se la hizo Eve O. Schaub, una estadounidense,
que decidió
dejar de consumirlo por completo azúcar durante un año, y estudiar los
cambios que esto le produciría en su organismo. El experimento lo compartiría en su
libro “Year of No Sugar” (El año sin azúcar), y el resultado fue asombroso.
Según
la Sra. Schaub en un inicio fue un gran sacrificio, sobre todo para sus dos
hijas, a quienes les encantaban las golosinas y los dulces.
Tuvieron que dejar de consumir muchos de los alimentos a los
que estaban acostumbrados a tener en su despensa, desde salsas de
tomate, mayonesa, pan, caldo, etc. Relata que al revisar el etiquetaje de los alimentos en el supermercado se sorprendió de la elevada cantidad de ellos que llevan el azúcar
como uno de sus ingredientes.
Después
de pocos días sin tomar azúcar, toda la familia empezó a notarse más
enérgica, más saludable, con una digestión mejor, incluso en el
sueño y el estado anímico con un mejor humor. También asegura que aumentó el deseo de estar en pareja, tuvieron menos enfermedades, y se
recuperaron más rápido cuando las tuvieron.
Uno de los cambios mas increíbles fue el del sentido del gusto. Cuenta Eve, que
una vez al mes, (por ejemplo en un cumpleaños), se permitían
el capricho de comer una tarta o algo dulce. Con el paso del tiempo el
sabor de estos dulces se volvían cada vez más empalagoso y
dejaba de ser algo apetitoso, o incluso algunas comidas ya no tenían el
mismo sabor.
Eve
escribió el libro con la intención de concienciar a la sociedad de la necesidad de eliminar el azúcar de nuestra dieta. Hoy en día, la mayoría de alimentos que
encontramos en el supermercado, contienen azúcar, desde las bebidas
refrescantes hasta el pan, ya que los fabricantes lo utilizan como
potenciador del sabor y conservante.
La conclusión de todos estos estudios es que el azúcar es nocivo, y que lo mejor que podemos hacer es dejar de tomarlo.
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